Contextualizando la Sociedad Recuay: Una visión entre el Callejón de Huaylas y la Sierra Oriental de Áncash

Contextualizing the Recuay Society: A vision between the Callejón de Huaylas and the Sierra Oriental de Áncash

Bebel Ibarra Asencios


Resumen:

Este artículo hace una evaluación contextualizada de las investigaciones sobre la Sociedad Recuay en ambos lados de la Cordillera Blanca. Presenta algunos resultados de las investigaciones realizadas por el Proyecto Arqueológico Huari-Áncash en diversos sitios Recuay del valle de Huaritambo, los cuales contribuyen a la mejor comprensión del surgimiento y desarrollo de esta sociedad. Se establece que Recuay se origina entre 50 - 100 d.C. en la sierra oriental de Áncash, donde grandes plataformas superpuestas fueron construidas sobre estructuras Huarás y Chavín local. Recuay estuvo compuesto por múltiples grupos sociales que controlaban valles y cuencas bajo liderazgos locales. Estos grupos compartían algunos elementos comunes como el uso del caolín, la iconografía y la mampostería huancapachilla. Sin embargo, la arquitectura muestra diferencias en ambas áreas, siendo predominantemente monumental en la parte oriental. Ambas regiones muestran cambios importantes después de 600 d.C., como por ejemplo el uso de grupos de patio y chullpas. Mientras que en el Callejón de Huaylas estos cambios coinciden con la presencia de material Wari, en la región de Conchucos, no existen. Se postula que estos cambios se generaron de manera local y no por la influencia Wari.

Palabras Clave: Recuay; Wari; chullpas; grupo de patios, caolín.

Abstract:

This article presents a contextualized evaluation of the investigations on the Recuay archaeological culture on both sides of the Cordillera Blanca. It presents some results of the investigations carried out by the Huari-Áncash Archaeological Project in various Recuay sites of the Huaritambo Valley, which contribute to a better understanding of the emergence and development of this society. It is established that Recuay originates between 50-100 AD. in the eastern part of Cordillera Blanca; where large terraced platforms were built on Huaras and local Chavín structures. Recuay was composed of multiple groups that controlled different valleys and under local leadership. These Recuay groups shared some common elements such as the use of kaolin, iconography, and huancapachilla masonry. However, the architecture shows differences in both areas, being predominantly monumental in the eastern part. Both regions experimented with important changes after 600 AD.
such as the use of patio groups and emergence of chullpas. While in the Callejón de Huaylas these changes coincide with the presence of Wari material, in the Conchucos region it does not exist. Therefore, these changes were generated locally and not by Wari influence.

Key Word: Recuay, Wari, chullpas, grupo de patios, caolín.


INTRODUCCIÓN

Recuay es una de las primeras culturas identificadas en la arqueología peruana. Hacia finales del siglo XIX, fue descubierta una gran colección de cerámica que tenía un estilo particular de decoración negativa en caolín. Esta cerámica fue recuperada mayormente de tumbas ubicadas en los alrededores de Cátac, en la provincia de Recuay. Sin embargo, esta colección fue vendida y hoy se encuentra en el Museo Etnográfico de Berlín (Wegner, 2004). Durante las exploraciones realizadas por Julio C. Tello, el mismo estilo, al que él denominó Huaylas, fue recuperado en ambos lados de la Cordillera Blanca (Tello, 1960), con lo que su distribución geográfica se circunscribió a la sierra de Áncash.

Recuay presenta una unidad estilística fácilmente entendida como una sola cultura arqueológica sin conexión estilística con Chavín, que ocupaba gran parte del mismo territorio entre 800 a 400 a.C. (Lau, 2010a ). Tradiciones como los edificios monumentales y las esculturas de piedra tenían su propio estilo, diferente a Chavín (Kroeber, 1944; Schaedel, 1948). Sin embargo, Julio C. Tello creía que Recuay derivaba de Chavín por la continuidad de las esculturas en piedra y por mantener un diseño realista y sencillo (Tello, 1960).

Aunque Recuay es conocido hace más de 100 años, la naturaleza de su organización política y social no lo es. Existen varias razones para esto. Una de ellas es que, en la sierra de Áncash, a pesar de su enorme riqueza y extensión, se han excavado pocos sitios, ya sea con ocupación principal Recuay o parte de una larga secuencia. Entre los sitios que se encuentran podemos mencionar Pashash, en el extremo norte de Áncash (Grieder, 1978; Lau et al 2023 ); Balcón de Judas (Wegner, 2004); Honcopampa (Isbell, 1991); Hualcayán (Bria, 2017); Jercosh (Grávalos y Sharp, 2022); el área de Pierina (Ponte, 2014); Queyash Alto (Gero, 1991); Wilcawaín (Bennett, 1944; Paredes, 2016), en el Callejón de Huaylas; y Chinchawas en la vertiente occidental de la Cordillera Negra (Lau, 2010a). En la región de Conchucos podemos mencionar Riway, en el valle de Chacas (Orsini, 2014); Gotush, en el valle de Yanamayo (Herrera, 2005); Yayno, en Pomabamba (Lau, 2010b); y, los trabajos en Huamparán, Ampas (Ibarra 2021); Llamacorral (Orsini y Benozzi, 2016) y Reparin (Nesbitt et al., 2020 ), en el valle de Huaritambo en Huari (Figura 1). Por lo tanto, hay solo un pequeño número de planos o mapas de sitios disponibles sobre los asentamientos Recuay. Esto restringe la conceptualización de su organización política basada en la complejidad del sitio o la jerarquía de los asentamientos.

Figura 1
Mapa con los sitios arqueológicos Recuay mencionados en el texto

Sin embargo, existe en el registro arqueológico un número importante de sitios Recuay que han sido ubicados básicamente por prospecciones y exploraciones. Por ejemplo, Tello (1929, 1960) encontró varios sitios con monolitos de estilo Recuay en Aija, además de varias tumbas en Cátac y otros sitios en el Callejón de Huaylas y Conchucos. Proulx (1982) identificó una serie de asentamientos Recuay en las partes alta y media del Valle de Nepeña, en la vertiente occidental de la Cordillera Negra. Un estudio realizado por Bennett (1944) apunta a la existencia de múltiples sitios con tumbas que contienen cerámica Recuay. Sin embargo, la evidencia de arquitectura no funeraria es muy pequeña. En la parte baja del Valle del Santa, cerca de Chimbote, Wilson (1980) describe varios asentamientos pertenecientes a grupos Recuay basándose principalmente en la presencia de cerámica caolín. En la región de Conchucos, Espejo (1956), Rojas (1961) y Amat (1971), publicaron una serie de mapas de ubicación con asentamientos Recuay, pero muchos de estos sitios no son posibles de ubicar hoy en día. Estos mapas, acompañados con dibujos (en particular los de Rojas), permiten rastrear la dispersión del estilo Recuay.

Definiendo Recuay: Retos y problemas

Los desafíos a nuestra comprensión de las ocupaciones y la organización social y política de Recuay surgen de (1) la naturaleza de la ocupación multitemporal de los asentamientos con cerámica de estilo Recuay; (2) duración de la ocupación Recuay en las dos áreas principales de la sierra de Áncash; (3) las dataciones asociadas con el surgimiento de la cerámica Recuay hecha en caolín; y (4) gran dispersión o motivos Recuay (cerámica y escultura) en regiones como la sierra de Cajamarca, Huamachuco y la cuenca del Marañón (Huacrachuco, Pataz y Tinyash).

(1) La ocupación multitemporal es un rasgo común en la arqueología de Áncash.

Muchos asentamientos tienen una larga ocupación que se remonta al Período Inicial y se extiende más allá del Periodo Intermedio Temprano (200 - 600 d.C.). Por ejemplo, en el Callejón de Huaylas se tiene a Huaricoto, Tumshucaico, Hualcayán, Maquellohuan, Balcón de Judas y La Pampa. Es fundamental señalar que no todos los sitios cuentan con cerámica caolín Recuay (como por ejemplo La Pampa y Maquellohuan). En algunos casos, los sitios fueron ocupados hasta la época Inca (Tumshucaico, Hualcayán y Balcón de Judas). De allí se ha recuperado considerable cantidad de cerámica caolín (Bria, 2017; Bueno, 2004; Wegner, 2004). En Huaricoto, muros construidos en técnica huanca-pachilla están asociados a la Fase Capilla c. 600 - 200 a.C. (Burger, 1985). La técnica huancapachilla es muy común en los sitios Recuay y su uso se extiende desde las vertientes occidentales de la Cordillera Negra hasta el río Marañón. La situación es muy similar en la región de Conchucos. En el valle de Chacas, sitios como Chagastunan fueron ocupados desde el Horizonte Temprano hasta el Horizonte Tardío. Ahí se recuperó una importante colección de cerámica Recuay en caolín (Orsini, 2014). Las excavaciones en Pojoq y Waman Wain, cerca de Chavín de Huántar, arrojaron estilos cerámicos Chavín, Recuay e Inca (Burger, 1982). En conclusión, la naturaleza multiocupacional de los sitios hace complicado aislar Recuay y sus rasgos arquitectónicos no alterados por sociedades post Recuay.

(2) La extensión temporal del estilo Recuay en la sierra de Áncash

Esta región se puede dividir en dos áreas principales: parte este y oeste de la Cordillera Blanca. Es importante entender qué factores intervinieron en la complejización de ambas áreas y si esto ocurrió de manera simultánea o no. En la parte occidental se excavaron tres sitios: Pashash, Pierina y Chinchawas. En la primera, Grieder (1978) divide Recuay en tres subestilos: Quimit, Yaiá y Huacohú. Yaiá es considerado Recuay clásico (caolín). Todos estos representan una ocupación entre el 200 y 900 d.C. (ver Lau et al, 2023 y Tabla 1). En el área de la mina Pierina, a la ocupación Recuay o fase Cotojirca III le sigue la presencia de vasijas Wari, encontradas en las chullpas de Yarcok, las cuales han sido fechadas entre 857 y 1044 d.C. (Ponte, 2014). Esto indica influencia Wari hacia 800 d.C. Por otro lado, en Chinchawas, Recuay se inicia entre 250- 500 d.C. Sin embargo, el asentamiento creció durante la fase Chinchawasi 2 (657-980 d.C.), que coincide con la primera expansión Wari en el Callejón de Huaylas (Lau, 2002). En Honcopampa, un fechado asociado a capas debajo de material Wari con cerámica caolín indica 540 - 978 d.C. (Isbell, 1991 ). El sitio de Keushu, en Yungay, presenta una larga ocupación que se remonta al Horizonte Temprano. Sin embargo, el tipo de arquitectura denominada “canchas” sufrió modificaciones significativas hacia el 800 d.C. (Herrera et al., 2011 ). Entonces, vemos una influencia Wari que irrumpe, cambiando la naturaleza de los asentamientos Recuay al oeste de la Cordillera Blanca.

En la parte oriental de la Cordillera Blanca se han excavado pocos sitios: Gotush en el valle de Yanamayo, Tayapucru en el valle de Chacas, Yayno en Pomabamba y Huamparán en el valle de Huaritambo. El tamaño y la conservación de la arquitectura varía en cada uno de ellos. Yayno es el sitio más complejo y extenso. Alcanza las 25 ha. en su núcleo y una extensión de más de 100 ha. en su entorno (Lau, 2010b). Su ubicación por encima de los 4.100 m.s.n.m. permitió una buena conservación de la arquitectura -plazas y grupos de patios-, aunque no se encontraron tumbas ni restos humanos. Las excavaciones han arrojado una gran cantidad de cerámica caolín Recuay. Las fechas de radiocarbono apuntan a una ocupación entre el 400 y el 800 d.C. (Lau, 2010b). La ocupación de Yayno terminó cuando muchos otros sitios habían establecido un intenso intercambio con Wari. Según Lau, (2010b), “los centros Recuay no parecen haber participado mucho en el intercambio interregional durante su florecimiento, c. 300 - 600 d.C.” (p. 441). En el Valle de Chacas, en el sitio de Tayapucru, un asentamiento Recuay de 2 ha., los grupos de patios fueron ocupados entre 600 y 900 d.C. (Orsini 2014 ), mientras que en Huacramarca (a 1 km al oeste), un sitio de similar arquitectura a base de grupos de patios y con presencia de cerámica caolín, los fechados radiométricos indican una ocupación entre 400 - 1500 d.C. (Vega-Centeno, 2008 ). En Gotush, la cerámica caolín Recuay está asociada a los cimientos de canchas que datan del 586 d. C. Sin embargo, el sitio creció después del 600 d. C. y continuó hasta el Horizonte Tardío (Herrera, 2005 ).

Entonces, vemos que en la parte occidental de la Cordillera Blanca la duración de la ocupación de los Recuay varía, notándose en algunos casos una influencia Wari de distinta magnitud. Chinchawas creció considerablemente y en los alrededores de Pierina se empezaron a construir chullpas, mientras que Honcopampa y Wilcawain se convirtieron en centros regionales Wari, adoptando modelos arquitectónicos foráneos como patios en D (Isbell, 1991; Paredes, 2016 ). A diferencia de la parte occidental de la Cordillera Blanca, donde Recuay es influenciado por los Wari, los Recuay de la parte oriental no lo fueron y siguieron trayectorias propias y desarrollaron elementos propios como los grupos de patios.

(3) Las fechas asociadas con la aparición de la cerámica caolín Recuay.

Esta situación está asociada al surgimiento de Recuay después de Chavín y sobre su origen local o foráneo. Existen pocos contextos fechados de cerámica en caolín directamente asociados como parte de una secuencia estratigráfica. Las cerámicas de tumbas o las que fueron encontradas como ofrendas son contextos de constante manipulación. La cerámica caolín está presente desde la margen oeste del río Marañón (Huánuco) hasta los valles costeños de Santa y Nepeña, es decir, a través de la región de Conchucos, el Callejón de Huaylas, la Cordillera Negra y la parte alta de los valles costeros de Nepeña y Santa.

Al oeste de la Cordillera Blanca, en el sitio de Pashash, fechados asociados a cerámica caolín de un contexto de ofrenda indican que este estilo de cerámica emerge hacia los 250 d.C. (Lau et al, 2023). En Chinchawas, la cerámica caolín se atribuye a la fase Kayan, la cual fue encontrada en la terraza 01 asociada a un área quemada con un fechado de 247 - 501 d.C. (Lau, 2002), mientras que en Hualcayán la cerámica caolín más antigua está asociada con una capa estratigráfica del área CY-J y está datada en 334 - 500 d.C. (Bria, 2017). Jecosh, cerca de Ticapampa, muestra una secuencia consistente entre fechados y material Recuay. El fechado asociado a la aparición del caolín es 119-326 d.C. (Gravalos y Sharp, 2022). Con base en esos contextos, la cerámica de caolín de Recuay apareció entre los años 250 y 500 d.C. al oeste de la Cordillera Blanca. En el lado este, en el valle de Huaritambo, las excavaciones en el sitio de Reparin revelaron niveles estratigráficos con cerámica caolín fechada en 40 - 131 d.C. (Nesbitt et al., 2020 ). En el sito de Huamparán se inicia hacia el 230 - 375 d.C. (Ibarra, 2021 ). Los contextos se discuten más adelante.

(4) Dentro de los motivos de dispersión o motivos Recuay

hay dos elementos iconográficos que están presentes en una gran área: (a) felino de perfil y (b) animal encrestado. Es importante establecer si ambas áreas compartían elementos Recuay únicos que indiquen una unidad sociopolítica. Ambos están representados en cerámica y escultura en piedra. Existen lajas de piedra representando animales con cresta en Chinchawas (Lau, 2002 ), Pashash (Grieder, 1978, Figuras 157 y 164), en los valles de Mosna y Huaritambo (Diessl, 2004 ; Ibarra 2009 ) y en el valle de Chacas (Herrera, 2005 ). Su representación en cerámica es homogénea en ambos lados de la Cordillera Blanca. Entonces, la presencia de estos motivos indica que la cosmovisión de los diversos grupos Recuay tuvo un mismo origen, que posiblemente se extendió de sur a norte, como lo hizo Chavín. Esto es sugerido también por la presencia de estos dos motivos en lugares como Nunamarca, en la provincia de Pataz, La Libertad (Tello, 2004 ) y en tumbas de Chingirip en Cutervo, Cajamarca (Rojas, 1961 , Figuras 71-73).

La arquitectura monumental en Recuay

Las construcciones monumentales a menudo se consideran un diagnóstico de estratificación social. Dichos edificios exceden los requisitos funcionales y requieren mano de obra y coordinación más allá de los que puede proveer una familia o grupos de pequeña escala. En tal sentido, una serie de edificios monumentales Recuay han sido identificados en ambos lados de la Cordillera Blanca, los cuales sugieren una compleja organización al menos en términos de mano de obra y planeamiento. La arquitectura monumental recurrente en Recuay son los grandes muros de contención de varios metros de altura que crean espacios planos. Sobre estos, estructuras de carácter cívico-ceremonial fueron edificadas, lo que explica la gran cantidad de recursos invertidos en sus construcciones. Estos muros, grandes y monumentales, comparten la técnica de construcción denominada huanca-pachilla, que parece ser un estilo único en toda la sierra de Áncash (Figura 2). Sin embargo, existen diferencias en la forma que indicarían varias entidades Recuay. Por ejemplo, El Caserón en Pashash, es hasta ahora - según lo publicado- la única estructura monumental Recuay al oeste de la Cordillera Blanca con forma cuadrangular, mientras que en la región de Conchucos la forma de estos muros es predominantemente curva.

Figura 2
Ejemplos de arquitectura Monumental Recuay de grandes muros de contención usando la técnica huanca-pachilla (a) Yayno, (b) Gotush, (c) Pashash, (d) Antarragá, (e) Riway, (f) Sipa, (g) Yacya y (h) Pumpa. Créditos fotos, George Lau, Alexander Herrera, Rafael Segura, Carolina Orsini, Wikimedia Commons, Bebel Ibarra y Rojas Ponce respectivamente.

Al este de la Cordillera Blanca la arquitectura monumental es más recurrente, desde Sihuas hasta Huari. Sitios con grandes muros de contención existen en Sipa (Siguas), Yayno (Pomabamba), Pumpa (Piscobamba), Riway (Chacas), Gotsuh (San Luis), Huamparán y Yacya en Huari; es decir, en las tres grandes cuencas que componen la región Conchucos (Sihuas, Yanamayo y Puccha). Todos ellos se construyeron en la cima de los cerros con la técnica huanca-pachilla. No obstante, un sitio, Antarragá, en Mirgas, ubicado en la margen oeste del río Marañón difiere en la mampostería. Los muros de contención son formados por grandes bloques de piedra sin pachilla. Pero, hay una gran cantidad de cerámica Recuay en la superficie (Segura 2016 ).

Yayno es el sitio más complejo en términos de arquitectura. Excavaciones de George Lau determinaron que este sitio fortificado se empezó a construir c. 500 d.C. y finalmente fue abandonado c. 900 d.C. Existió un intenso uso de cerámica en caolinita (Lau, 2010b). En Yayno confluyen la construcción de grupos de patios y muros de contención monumentales. Los grupos de patios son grandes estructuras rectangulares (más de 20m) compuestas por un patio rodeado por recintos cuyos accesos dan a este patio. Los patios pueden ser de forma rectangular, con equinas curvas, en D o irregular, y algunos con banquetas. Yayno, como centro principal en la cuenca del Yanamayo, habría sido fundado cuando Recuay estaba en pleno florecimiento y coincide con la influencia Wari en el Callejón de Huaylas. Algunos de los atributos de Yayno son observables en Huamparán: grupos de patios de similares dimensiones, grandes muros de contención y trincheras o zanjas (Ibarra, 2021 ). Sin embargo, la semejanza más importante se da entre Yayno y Honcopampa, cuyos grupos de patios cuadrangulares poseen similar distribución y tamaño. Es importante notar que no hay cerámica Wari en Yayno, por lo que todo su planeamiento se puede considerar completamente de estilo Recuay.

La arquitectura de grupos de patios no solo se observa en sitios con monumentales muros de contención. Por ejemplo, los sitios de Tayapucro en el valle de Chacas y Ampas en el valle de Huaritambo presentan estos grupos de patios, pero no muros de contención. Sin embargo, es importante notar que solo a través de excavaciones y de un riguroso mapeo este tipo de arquitectura puede ser definida. Los grupos de patios están ausentes en Chinchawas, Pashash y Jecosh, es decir solo están presentes en los sitios regionales Wari como Honcopampa y Wilcawain (Isbell, 1991; Paredes, 2016). No obstante, la construcción de Honcopampa como sitio Wari es discutible. La estructura en forma de D es estándar en muchos sitios Wari como Wari, Conchopata, Cerro Baúl y Vegachayoq Moco, Espiritu Pampa, etc. Tschauner (2004), quien participó en las excavaciones con William Isbell, señala que existen diferencias cruciales entre las estructuras en forma de D de Honcopampa y otros sitios Wari. Por ejemplo, el número de accesos, presencia de estuco, ausencia de divisiones internas y construcción con muro de mampostería simple. El muro de la estructura en forma de D de Honcopampa alcanzó los 5 metros de altura, muy diferente a los centros Wari, pero más afín con Marcahuamachuco y Yayno. Tschauner sostiene que Honcopampa fue la capital de un estado local (ergo Recuay) durante el Horizonte Medio. En Wilcawain, cerámica Wari junto con otras locales se han encontrado en cámaras de ofrendas, las cuales incluían cerámicas en miniatura y figurinas (Paredes 2016), una práctica común de Recuay que fue identificada también en Pashash (Grieder, 1978; Lau et al, 2023). Más de una docena de cerámicas en miniatura fueron recuperadas de chullpas Recuay en el sitio de Coronajirca en Huari (Ibarra, 2021), sugiriendo que el uso de estas como ofrendas fue una práctica común Recuay.

Recuay en la cuenca del Puccha

Puccha es una de las tres grandes cuencas que junto a la de Sihuas y de Yanamayo conforman la región de Conchucos. Es un área que se extiende desde las laderas orientales de la Cordillera Blanca hasta el río Marañón. Tres principales ríos componen la cuenca del Puccha: Huaritambo, Mosna y Puccha, en las provincias de Huari y Antonio Raimondi. En las últimas dos décadas, investigaciones del proyecto Arqueológico Huari-Áncash han realizado exploraciones y excavaciones en sitios que datan entre 1200 a.C. y 1500 d.C. (Figura 3); muchos de ellos con múltiples ocupaciones, entre ellos Recuay (Ibarra, 2021; Nesbitt e Ibarra, 2023).

Figura 3
Vista 3D del Valle del Huaritambo con los sitios Recuay excavados por el Proyecto Arqueológico HuariÁncash

Excavaciones recientes en Reparin, ubicado a las orillas de la laguna del mismo nombre, en el distrito de Cajay, revelaron una de las más tempranas evidencias sobre la emergencia de Recuay. Una serie de fechados, obtenidos de recintos y capas asociadas con fragmentos de cerámica caolín, ubican la ocupación Recuay entre 25 y 240 d.C. Bajo esas capas también fueron identificadas ocupaciones Huarás y Chavín (Nesbitt et al., 2020 ). Este sitio es particularmente importante porque no presenta ocupaciones post Recuay o más allá del 240 d.C., por lo que todas las modificaciones a las estructuras tempranas serían Recuay, entre ellas, la construcción de masivas plataformas superpuestas, la edificación de una Huanca y la construcción de casas (Figura 4).

Figura 4
Sitio de Reparin junto a la laguna del mismo nombre (600 a.C. - 150 d.C.). Las excavaciones muestran edificaciones Recuay en los niveles superiores. Reconstrucción isométrica del sitio

La Huanca se encuentra sobre una de las terrazas que mira directamente hacia la laguna. Dos herramientas agrícolas, colocadas como ofrendas, fueron recuperadas durante las excavaciones en la base de la Huanca. La posición de la Huanca y la cercanía de las terrazas al espejo de agua de la laguna (escasos 5 metros hoy), sugieren una temprana relación de los Recuay con el culto al agua. Este patrón también ha sido identificado en la laguna de Puruhuay (distrito de Huari), donde estructuras ceremoniales Recuay, como Llamacorral, están asociadas hoy a mitos de origen o creación (Figura 5).

Figura 5
Vista aérea del sitio Recuay de Llamacorral (600 d.C.) ubicado junto a la laguna de Purhuay

Por lo tanto, vemos la emergencia de un componente de la cosmovisión Recuay en estas lagunas, asociado a un tipo de arquitectura basada en plataformas superpuestas que luego evolucionan en los denominados Pirushtus (#Ibarra_2021; Orsini, 2014). La ausencia de elementos defensivos en ambos sitios sugiere que el florecimiento de Recuay no fue resultado de violentas incursiones, sino de un cambio sustancial en la religión Chavín que va de una religión basada en deidades materializadas en piedras hacia deidades concebidas en elementos geográficos como lagunas y montañas, pero conservando elementos mucho más antiguos que Chavín como son las Huancas.

Huamparán es uno de los sitios Recuay más extensos del Valle de Huaritambo. Ocupa cerca de 400 ha. El área central está compuesta por 13 grupos de patios, de los cuales cinco de ellos fueron excavados (Figura 6).

Figura 6
Sitio arqueológico de Huamparán compuesto por 13 grupo de patios (200-900 d.C.)

Estas edificaciones tienen un diámetro externo promedio de 25 metros (dimensiones similares a los de Yayno y de Honcopampa). Huamparán muestra una secuencia ocupacional que comienza hacia 200 d.C. y se extiende hasta los 900 d.C. Los fechados tempranos están asociados a la construcción de las paredes externas de los grupos de patios. El sitio fue sujeto a importantes modificaciones como la construcción de recintos, fogones y tumbas, iniciadas quizá hacia los 400 - 500 d.C. (Figura 7).

Figura 7
Distribución de las tumbas y fogones en los Grupos de Patios 1 y 3 de Huamparán

Es perfectamente claro que todos los elementos estuvieron funcionando de manera sincrónica hacia los 600 d.C. En los recintos, los fogones fueron parte de rituales dedicados a la veneración de los ancestros (fueron colocadas tumbas tipo cistas). Sin embargo, los Recuay también mantuvieron un culto a los muertos. Estos eran sepultados en cementerios compuestos por tumbas subterráneas multicámaras fuera del área central.

Por otro lado, investigaciones en Ampas identificaron similar planeamiento del asentamiento, con un sector de casas, de cementerio y de grupo de patios. Las excavaciones realizadas se centraron en el cementerio, el cual está compuesto por chullpas (n=5) y cistas (n=10) hasta el momento (Figura 8).

Figura 8
Chullpas de Ampas. 300-900 d.C.

Una serie de fechados establecieron que las tumbas fueron usadas entre 300 y 900 d.C. Se recuperaron un gran número de vasijas de tamaño estándar y en miniatura, muchas de ellas con iconografía Recuay en caolín (Figura 9).

Figura 9
Cerámicas encontradas en las chullpas de Ampas, cuyos tamaños corresponde a vasijas estándar y miniaturas

La importancia de Ampas radica en que marca el inicio de la tradición del uso de chullpas en la región y probablemente en toda la sierra norte. Estas chullpas Recuay tienen techos compuestos de enormes y pesadas lajas sostenidas por columnas, con acceso al nivel del suelo y cámara única. Al igual que otros cementerios Recuay, estas chullpas se encuentran fuera de las áreas residenciales. La emergencia de chullpas, sin embargo, no reemplaza completamente a las cistas o a las tumbas subterráneas, sino que van a coexistir hasta el declive completo de Recuay. Durante 1000-1500 d.C. cistas y tumbas subterráneas fueron reemplazadas por cuevas funerarias, mientras que las chullpas persistieron con modificaciones estructurales. Los techos fueron más ligeros y se usó lajas mucho más pequeñas.


CONCLUSIONES

Recuay no muestra evidencia de centralización panregional tipo Wari de Ayacucho o Cuzco; más bien, múltiples grupos Recuay controlan valles o cuencas. Estos grupos comparten elementos comunes como iconografía, uso de cerámica caolín, escultura en piedra, uso de la técnica constructiva huanca-pachilla y arquitectura mortuoria. Sin embargo, es posible identificar diferencias que confirman la existencia de múltiples grupos Recuay. Por ejemplo, en la región de Conchucos la arquitectura monumental y los grupos de patios es más común que en el área occidental de la Cordillera Blanca. Por otro lado, la influencia Wari está presente en la sierra de Áncash. La forma de como esta se dio indica diferentes grupos autónomos Recuay. Algunos, como los de la parte occidental, fueron influenciados y entablaron relaciones con los Wari, mientras que los de la parte oriental de la Cordillera Blanca no lo hicieron. Es importante remarcar un común denominador: ambas regiones sufren grandes transformaciones hacia los 500 - 600 d.C., ya sea bajo influencia Wari o no.

Se postula que muchas de estas transformaciones tienen un origen local. Por ejemplo, (1) los grupos de patios, como lo sugieren las investigaciones en Yayno y Huamparán, son tradiciones exclusivamente Recuay surgidas fuera de influencias foráneas; (2) las chullpas, que durante el Horizonte Medio se expanden por la sierra norte del Perú, surgen en la sierra oriental de Áncash; (3) los fogones en los grupos de patios, registrados en gran número en Huamparán, son incorporados en otros sitios como Pashash (Grieder, 1978, Figura 16) y Marcahuamachuco (Noriega, 2018, foto 105); (4), el uso de cerámica miniatura, la cual forma parte importante de las cámaras de ofrendas iniciadas por los Recuay de Pashash y ofrendas a los muertos por los Recuay de Ampas quienes la usaron en sus chullpas. Estas miniaturas mezcladas con vasijas Wari fueron usadas en cámaras de ofrendas de Wilcawain.

Los fechados de múltiples sitios de la sierra de Áncash sugieren que Recuay se desarrolló entre los 100 - 900 d.C. Los fechados tempranos en el sitio de Reparin (40 - 131 d.C.) indican que el caolín fue accesible desde el primer momento para los Recuay. La remodelación de ocupaciones anteriores (Huarás y Chavín local), a través de la construcción de grandes plataformas aterrazadas al borde de las lagunas y la ausencia de arquitectura defensiva, sugiere que la emergencia de los Recuay no está asociada a fenómenos violentos. Por el contrario, existe un fuerte componente cosmogónico relacionado al culto al agua, el cual considera las lagunas como lugares de origen y por consiguiente sagrado. La sacralidad de estos sitios posiblemente motivó a los Recuay a buscar otras áreas para sus asentamientos residenciales. Vemos en Reparin y Puruhuay la ausencia de estructuras residenciales, pero la persistencia de estructuras ceremoniales como Llamacorral.

Las fronteras de los Recuay aún están por definirse; sin embargo, algunos patrones son reconocibles. Por ejemplo, en la región de Conchucos, a pesar de su interrumpido territorio (tres grandes cuencas y nueve valles), la arquitectura es homogénea. Esto sugiere que los Recuay convivían en buenos términos. Por otro lado, en el Callejón de Huaylas, con una continuidad territorial marcada por el río Santa, la arquitectura no es homogénea. Grupos de patios y arquitectura monumental solo han sido documentados en la parte central (Huaraz-Carhuaz). Esto sugiere que los Recuay de este lado de la Cordillera Blanca tuvieron relaciones más inestables. Por otro lado, elementos Recuay se encuentran en Cajamarca y en la margen este del río Marañón: Tinyash (Falcón y Díaz, 2008), Huacrachuco y Nunamarca. Pero la intensidad de la presencia de esos elementos es menor que en la sierra de Áncash; por ejemplo, en las vasijas Recuay (formas y decoraciones). Las chullpas y arquitectura monumental son muchísimo más variadas que en la sierra norte, aunque con excepción de Marcahuamachuco, donde curiosamente existen menos elementos Recuay. El valle del Puccha podría considerarse el área más austral de los Recuay. Ocupaciones Recuay al sur de Chavín de Huántar no han sido documentadas, por lo que su desplazamiento probablemente fue similar al de Chavín, es decir de sur a norte (Áncash - Cajamarca).


AGRADECIMIENTOS

A Carlos Escobar por su asistencia en las excavaciones y revisión de textos del presente manuscrito y quien es miembro fundador del proyecto. A Jason Nesbitt, con quien excavamos el sitio de Reparin. También a Jhon Cruz, Jordi Benites y Pablo Mateos por su colaboración en los trabajos de excavación y análisis.


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Editorial

  • LLALLIQ, Revista de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades
  • Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo, Huaraz, Perú
  • ISSN: 2810-8140 (en linea)
  • Periodicidad: Semestral
  • Recepción: 14 abril 2023
  • Aceptación: 25 mayo 2023
  • Publicación: 26 junio 2026

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